jueves, 26 de noviembre de 2009

AUTOMOVILISMO NACIONAL Y ZONAL: “Queremos progresar y seguir aprendiendo”

José María Miño es el responsable de un equipo de competición. Cuenta con cinco empleados y tiene a cargo 11 autos de carrera.

En la actualidad el deporte motor se ha convertido en una de las actividades más atractivas que arrastra a miles y miles de fanáticos. Para poner en pista un auto de carrera se necesita gente especializada que se encargue de su preparación y estructura, para lo cual se debe contar con un buen capital económico. Muchas de estas personas tienen la suerte de contar con una buena situación financiera pero otros necesitan comenzar desde “abajo” y con mucho esfuerzo llevan adelante su objetivo.

Este último es el caso de José María Miño, un hombre que hace muchos años formó parte de distintos equipos de competición, hasta que decidió comenzar de cero y llevar adelante un equipo propio que lleva el nombre de “Miño Competición”.

José María contó que el año pasado comenzaron a trabajar con un auto de Turismo Carretera Pista (TCP) y se les complicó debido a que se encontraron compitiendo en la estructura de equipos con gente solvente y muy capaz .Sin embargo ellos quieren crecer y seguir aprendiendo sin bajar los brazos.

Miño competición está conformado por cinco personas, más el apoyo de Jorge Damiani, suegro de José, que está encargado de toda la parte del mantenimiento del taller.

En este equipo las personas desempeñan distintas tareas: Guillermo Gallioni se encarga de la parte de alineación del TCP, Matías Marzi de la alineación con las categorías zonales, Darío Alloisio con el armado y desarmado del diferencial y caja y otros chicos los ayudan cuando van de visita al taller. Durante las carreras se agregan dos personas y un cocinero.

José María Miño tiene a cargo 11 autos, uno de los cuales pertenece a la categoría nacional que es TC Pista, tres a Turismo Santafesino, también perteneciente a circuito de pavimento y, con respecto a categorías en tierra, cuentan con dos TC2000, cuatro Tc Santafesino de los cuales dos son Chevrolet 400 y dos Falcon y, por último, uno de la categoría de Renault 1400.

Con respecto a la forma de trabajar, Miño comentó: “Lo bueno es que entre el personal no tenemos ningún problema, es entendido que trabajar con siete u ocho personas se complica, pero entre nosotros la estamos llevando medianamente bien y esto es una realidad. Hay que saber convivir, cada uno tiene un carácter distinto y hay que tratar de llevarse de la mejor forma posible”.

Matías Marzi, es un integrante del equipo y se dedica a los zonales y además al Turismo Santafesino. “Le consulto mucho a José, él es quien me guía, pero cuando no está quedo a cargo de estas dos categorías. Este trabajo demanda mucho tiempo, hay que hacer las cosas bien, trabajar correctamente en el taller y no renegar después en las carreras”, manifestó el mano derecha de Miño.

Según Marzi los horarios de trabajos son relativos, a veces normales, de 8 a 12 y de 14 a 20, pero resaltó que cuando existe algún problema, no hay horarios.

Guillermo Gallioni dentro del equipo se encarga del armado del auto, suspensión trasera, delantera, interior y parte de alineación. Específicamente trabaja sobre el TCP, pero además pertenece a otro equipo fuera de Bombal, de categoría nacional que es el Top Race.

Según Gallioni, el TCP es una de las categorías que demanda más tiempo y con mayor responsabilidad. “Es un poco complicada, siempre se siente la presión porque hay un presupuesto muy alto que se invierte y uno tiene que hacer todo de la mejor manera para que el auto no tenga problemas”, explicó Guillermo Gallioni.

El tiempo estimado para reparar un auto depende de la parte del auto en cuestión. “Tardamos un día cuando trabajamos en la suspensión delantera y el armado, después nos abocamos a la suspensión cremallera, otro día a la parte trasera, la colocación de los amortiguadores, arreglar cosas de plástico que se hayan roto en las carreras, todo esto lleva más o menos diez días aproximadamente”, ratificó Gallioni.

El jefe del equipo comentó que ellos arrancaron muy de abajo y que es una tarea que se les complicó mucho por lo cual, sostuvo que armar un taller resulta muy difícil.

José tuvo la posibilidad de trabajar con un preparador tan importante como Alberto Canapino. Sin embargo, ante la posibilidad de seguir ligado a su equipo decidió abrirse: “En realidad, cuando laburamos con otro Turismo Carretera que teníamos acá en Bombal, no coincidimos en algunas cosas. Este es un trabajo que demanda mucho tiempo, me había cansado un poco, necesitaba descansar y renovarme. Dejé de trabajar en el equipo de TC que estaba en la estructura de Alberto Canapino, para irme al Turismo Nacional de la mano de Carlos Piaggentini, ahí dejé y luego retorné a lo mío”.

José Miño, luego de pertenecer a esos equipos, tomó la decisión de construir un taller propio y arrancar con zonales. A medida que iba pasando el tiempo creía que iba a estar sólo trabajando con dos personas pero al cabo de 15 días, dos chicos se arrimaron al taller.“Fue una experiencia muy linda y nos costó trabajo pero lo hemos sabido llevar adelante”, resaltó Miño.

El jefe del equipo contó que en su lugar de trabajo les falta un magnaflux que es un elemento para medir las piezas fisuradas cuando se desarma la caja de velocidad, los cardan, diferenciales o porta masa, además se necesitaría un torno, pero deberían contar con más empleados.

“Sería interesante llegar a comprar un torno y una máquina magnaflux, lamentablemente hoy en día estamos hablando de precios muy altos, la situación económica no nos favorece tanto como el año pasado, nosotros arrancamos desde abajo y todo lo que vamos haciendo, lo hacemos de a poco y con gran esfuerzo, calculo que el día de mañana, en el 2010/2011 quizás podamos tener toda la estructura como realmente queremos”, aclaró Miño.

También confesó que recién el año próximo estarían cerrando algunos negocios vinculados a este deporte y estima que necesitarán dos o tres empleados más.

Informe e Imágenes: Gentileza Sofía Paladino